Las torres de iluminación proporcionan luz artificial para realizar cualquier tipo de trabajo en horarios nocturnos o en espacios cerrados, garantizando una buena visualización y asegurando la continuidad de la construcción de una obra.
De inicio a fin, estas estructuras acompañan cada paso del proceso de construcción, creando un ambiente propicio para la productividad y la eficiencia.
Asimismo, su capacidad para adaptarse a una variedad de entornos y condiciones climáticas, junto con su movilidad y facilidad de uso, las convierten en herramientas indispensables en este sector.
Estas torres de iluminación están compuestas por una serie de componentes, desde un motor, que puede ser diésel, hasta kits de potentes luces, siendo cada uno de estos elementos cruciales para asegurar su óptimo funcionamiento.
Además, estos equipos están hechos para soportar los ambientes adversos, por ello cuentan con una carrocería resistente a la corrosión, pues -por lo general- operan a la intemperie.
Con los años se han hecho mejoras en estos equipos para optimizar aún más su rendimiento, como la implementación de luces LED para una mayor eficiencia energética, un diseño compacto y portátil, mayor altura y cobertura, y mejoras en estabilidad y resistencia, entre otros.
En el caso de las luces LED, estas consumen menos energía y tienen una vida útil más larga en comparación con las fuentes de luz tradicionales, lo que reduce la necesidad de reemplazo frecuente de las lámparas y disminuye el consumo de energía. También, al ser herméticas, son resistentes a impactos y explosiones.
Por otro lado, algunos modelos incluyen ruedas integradas de gran resistencia para facilitar su transporte de un lugar a otro dentro de la construcción, mientras que otros pueden ser desmontables para un almacenamiento más compacto, lo que ayuda a su movilización en camiones u otros vehículos, según se requiera.