El revestimiento del domo está compuesto por paneles corrugados de acero galvanizado, un proceso que consiste en recubrir el acero con una capa de zinc para protegerlo de la corrosión.
La función del domo y su cubierta es evitar que el polvo del mineral tenga contacto con el medio ambiente y con las comunidades cercanas, cuidar la salud de los trabajadores durante la fase de producción, y minimizar el desgaste de los equipos de planta.
“El primer beneficio de la construcción del domo es primero cuidar la salud de todos los trabajadores, luego está el cuidado de las comunidades aledañas y tercero es minimizar el deterioro de los equipos de planta durante la etapa de operación”, detalló David Bayona, gerente senior de construcción de Quellaveco.