El moderno edificio del Campus Piura de la UDEP, diseñado por los arquitectos Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse, es una de las 20 obras latinoamericanas, la única de Perú, finalistas del premio Oscar Niemeyer.
Esta vez, el edificio E de la Universidad de Piura, presentado como aulario de Barclay & Crousse y ganador del Mies Crown Hall Americas Prize”, MCHAP 2018 y del Hexágono de Oro del año 2019, va por un nuevo galardón: el premio “Oscar Niemeyer”, en su tercera edición. El resultado final se dará a conocer el 18 de noviembre.
Según el arquitecto Handel Guayasamin, representante del jurado del premio, “este concurso nos lleva a un extraordinario recorrido por la producción arquitectónica latinoamericana, que día a día florece desde sus raíces indígenas y crece en su vigoroso mestizaje africano, europeo, asiático y global”.
Al concurso se presentaron 101 proyectos, previamente premiados en las bienales de sus respectivos países. Los 20 trabajos finalistas representan a siete países -el nuestro es el único peruano- y hablan del afloramiento de buena arquitectura en nuevos territorios, que condensa lo popular y la academia, la tradición y la cultura, actuando casi siempre en crisis y muchas veces con carencias de recursos, inventando respuestas espaciales y urbanas a los encargos y motivaciones públicas o privadas, se indica en la página de los premios.
El edificio E:
Al describir su proyecto, los arquitectos Barclay y Crousse señalan que la Universidad de Piura posee un campus de 130 Hectáreas de Bosque Seco, paisaje típico del desierto al norte del Perú, rodeado por el tejido urbano de la ciudad de Piura.
“Una población creciente de estudiantes, provenientes de los estratos económicos más bajos del Perú, que acceden a la educación superior mediante los fondos públicos de la Beca 18, originan la necesidad de un pabellón adicional en el campus que albergue aulas escalonadas, talleres y oficinas para docentes, a ser usados por distintas facultades”.
Agregan que el proyecto tuvo como objetivo el crear una atmósfera del aprendizaje, más que proponer una forma o tipo arquitectónico. “Pensamos que la configuración de ‘pabellón’ no responde más a los nuevos paisajes educativos, por lo que una nueva aproximación al programa era necesaria. Dos consideraciones son sus detonantes: los lugares del nuevo aprendizaje, privilegiando los encuentros informales y estimulando el estudio y el intercambio de conocimientos fuera de las aulas. La segunda es el propiciar el confort de esos espacios en el clima de Piura: soleado, caluroso y seco durante todo el año, con ligeras brisas provenientes del sur”, resaltan.
Creada en 1969, la Universidad de Piura nació en Piura con la misión de formar integralmente a los alumnos, cultivando en ellos el espíritu del saber desde una concepción cristiana de la vida, que les permitiera desarrollar su profesión con competencia y vocación de servicio. Actualmente, cuenta con más de 10 000 alumnos de pre grado (8000) y posgrado (más de 2500) que estudian en sus campus de Piura y Lima (creado el 2003), además de la Escuela de Dirección –PAD, institución de primera categoría, creada en 1979, que ha formado a los principales directivos del país.
Licenciada por la Sunedu, la UDEP tiene 36 programas de pregrado; y, en posgrado: 30 maestrías y cinco doctorados. Atendiendo su principio de igualdad de oportunidades, que promueve que ningún talento se pierda por falta de recursos económicos, la UDEP otorga becas o semibecas alto porcentaje de sus estudiantes; y acoge a más de 600 becarios del Pronabec. A la fecha, más de 14 000 personas han egresado de sus aulas y se desempeñan en distintas organizaciones e instituciones del Perú y el extranjero.