Nueva York busca prohibir construcción de rascacielos con fachadas de vidrio

                    
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A fin de reducir en un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030 el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha declarado la guerra al cambio climático y, entre sus acciones más importantes, busca prohibir la construcción de más rascacielos y edificios en esta ciudad con fachadas de vidrio y acero, porque dejan escapar demasiada energía.
«Nueva York es el hogar de los más bellos rascacielos en el mundo, pero nuestros icónicos edificios son también la mayor fuente de emisiones de carbono en la ciudad», dijo el alcalde -a la prensa neoyorquina- que se propone enviar un proyecto de ley para la aprobación del Concejo municipal.
En general, los edificios de la ciudad de los rascacielos aportan en conjunto el 70% de la contaminación ambiental.
De acuerdo con el alcalde, si una empresa quiere construir un rascacielos sólo podrá usar una gran cantidad de vidrio si toman las medidas necesarias para reducir las emisiones.
«La ciudad de Nueva York ya no permitirá levantar edificios que dañen a la Tierra y amenacen nuestro futuro», aseguró.
La iniciativa es parte del proyecto Nuevo Pacto Verde (Green New Deal), el sello común con el que el partido Demócrata pretende desarrollar un sistema de bienestar basado en la sanidad pública, el combate contra el cambio climático como prioridad y un alza de la tasa impositiva marginal al 70%, desde el actual 37%, a las rentas de más de 10 millones de dólares.
Esta propuesta forma parte de un paquete de medidas aprobadas la pasada semana por el Concejo neoyorquino para hacer frente al cambio climático, conocida como la Ley de Movilización Climática, y que organizaciones ecologistas y comunitarias catalogaron de «históricas».
La principal de ellas exigirá que todos los edificios de más de 2,322 metros cuadrados, incluyendo las Torres Trump, por ejemplo, sean modernizados con nuevas ventanas y aislamiento térmico, entre otras medidas, para ser más eficientes energéticamente.
Se estima que unos 50,000 edificios comerciales y residenciales, responsables del 30 % de la contaminación del aire en la ciudad, se verán afectados por esta legislación en particular.
La Ley de Movilización Climática se compone de otras medidas como la que requerirá que los techos de ciertos edificios sean cubiertos con plantas, paneles solares, turbinas de viento o una mezcla de las tres cosas.

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