El megaterremoto que el IGP ha pronosticado de 8.8 Mw, con un posterior tsunami de unos 15 metros de altura que golpearía la zona de los acantilados de la Costa Verde, generaría un daño irreparable en vidas humanas y muy cuantiosos daños materiales.
Por: Germán Loyaga Aliaga, periodista especializado en economía
Desde hace varios años, uno de los ingenieros más prestigiados del país, Raúl Delgado Sayán, viene advirtiendo en diversos medios de comunicación del alto riesgo que corren los acantilados de la Costa Verde. Advertencia que, dicho sea de paso, tres de los más importantes chatbots de IA (ChatGPT, Grok y Perplexity) también resaltan.
Y la pregunta es: ¿qué han hecho los diversos gobiernos con esta advertencia que desde hace varios años se viene comunicando? La verdad: absolutamente nada, a pesar de que además existen diversos estudios desarrollados por el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres del Perú (Cenepred), el Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid) y el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
Un estudio efectuado por la Central para Estudios de Riesgo de la Universidad de Cambridge, encargado por Lloyd’s de Londres (mercado de seguros y reaseguros), ubicó a Lima como la ciudad con el mayor riesgo sísmico del mundo, superando a ciudades como Teherán (Irán), Estambul (Turquía), Taipéi (Taiwán) y Tianjin (China).
El informe estimó que un sismo de gran magnitud en Lima podría causar pérdidas materiales por alrededor de US$ 36 000 millones, lo que llevado a la actualidad representaría el 52 % del Presupuesto General del Estado del 2026, una cantidad muy significativa para el erario peruano.
El alto riesgo se debe a una combinación de factores, principalmente a su enorme vulnerabilidad y a la concentración de activos económicos y humanos. Según detalla el informe, uno de los factores es el peligro natural existente, debido a la ubicación de Lima en la zona de subducción entre las placas de Nazca y Sudamericana.
Otro de los factores del alto riesgo es la vulnerabilidad de las construcciones, debido a la mala calidad de algunas edificaciones y a la “autoconstrucción”, que no cumple con los códigos de construcción estipulados en el Reglamento Nacional de Edificaciones, compuesto por una serie de normas técnicas.
Megasismo y tsunami
El megaterremoto que el IGP ha pronosticado de 8.8 Mw, con un posterior tsunami de unos 15 metros de altura que golpearía la zona de los acantilados de la Costa Verde, generaría un daño irreparable en vidas humanas y muy cuantiosos daños materiales.
Recientemente, durante el marco de la Semana de Ingeniería, el Ing. Raúl Delgado Sayán expuso la conferencia “Lima y Callao frente al riesgo sísmico extremo 8.8 Mw. Caso emblemático: los acantilados de la Costa Verde. Posibilidades de mitigación”, señalando nuevamente una advertencia más.
Durante su disertación, Delgado precisó que, como ya es de conocimiento público, el Perú se encuentra en una región sumamente sísmica del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se producen alrededor del 80 % de los terremotos del mundo. Agregó que la costa de Lima experimenta un silencio sísmico de más de 279 años, detallando que, de acuerdo con estudios del IGP, se ha estimado que el próximo gran sismo en Lima podría tener una magnitud de 8.8 Mw, con una probabilidad de ocurrencia del 75 % en los próximos 50 años.
Asimismo, detalló que un megasismo de esa magnitud liberaría energía comparable con la detonación de 239 005 736.10 toneladas de dinamita (TNT) o con la explosión de 31 822.40 bombas similares a la de Hiroshima.
Precisó que este sismo tendría su epicentro a una profundidad de 35 km, con una intensidad máxima de VIII (MM), que según la escala de Mercalli Modificada es considerada destructiva. Vendría acompañado de un tsunami que, por la magnitud del sismo, generaría una ola de 15 metros de altura, arribando entre 15 y 20 minutos después, impactando devastadoramente los acantilados de la Costa Verde.
Mencionó que lo dramático de esta situación es que las olas pueden superar el pie del acantilado y, peor aún, su reflujo erosiona todavía más la base del talud, acelerando los procesos de inestabilidad y deslizamiento masivo. Además, el tsunami puede generar un run-up (elevación del nivel del mar) de hasta 22 metros, rebasando así la altura en segmentos de la Costa Verde, especialmente si el mar arrastra materiales sólidos que aumentan el poder de erosión y socavación.
Daños
“Las pérdidas serían tan cuantiosas que, de acuerdo con la Central para Estudios de Riesgo de la Universidad de Cambridge, encargado por Lloyd’s de Londres, podrían llegar a US$ 36 000 millones”, resaltó Raúl Delgado.
“Pero lo más costoso es que, de acuerdo con las estimaciones del Cenepred, se producirían 200 000 fallecidos, dejando además 2 000 000 de heridos; 350 000 viviendas colapsadas y 625 000 inhabilitadas; 421 centros de salud en riesgo muy alto, 24 en riesgo alto, 19 en riesgo medio y 14 en riesgo bajo. En cuanto a centros educativos, el megasismo dejaría 8 200 en riesgo muy alto, 356 en riesgo alto, 250 en riesgo medio y 89 en riesgo bajo”.
Asimismo, agregó Delgado Sayán, de acuerdo con el Cenepred, en lo relativo al servicio de agua, el 50 % de la planta de La Atarjea se perdería; la Planta 1 quedaría muy dañada y la Planta 2 quedaría operativa. Se perdería el 75 % de los pozos, así como el 70 % de las estaciones de bombeo, el 25 % de los reservorios secundarios y el 30 % de las redes secundarias.
En cuanto al alcantarillado, el 23 % de las estaciones de bombeo quedarían dañadas, así como el 42 % de las redes secundarias y el 2.4 % de las redes primarias. Con el tsunami, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Chira y Taboada quedarían dañadas, así como el 80 % de los desagües de la ciudad.
Además, habría una fuerte afectación a las vías de transporte de ingreso a Lima —tanto del norte, centro y sur—, así como graves daños al aeropuerto y al puerto provocados por el tsunami.
El destacado profesional resaltó que toda esta situación de daños provocada por el megasismo y el tsunami se debe a la alta informalidad en el país, ya que el 80 % de viviendas en el Perú son construcciones informales y vulnerables, y que en Lima Metropolitana siete de cada diez viviendas se construyeron sin tener en cuenta el tipo de suelo ni contar con asistencia técnica, por lo que no soportarían un terremoto.
¿Qué hacer?
“Con carácter de urgencia se deben establecer acciones preventivas para proteger la vida de la población y garantizar la atención de los damnificados, así como la continuidad operativa de los servicios de la ciudad. Es importante recordar que Lima y Callao constituyen el centro urbano número 34 en población mundial y el número 11 en densidad poblacional, representando casi el 50 % del PBI del Perú y el 32 % de la PEA nacional”.
“Para mitigar y atenuar los daños mencionados en propiedades públicas y privadas, deberá establecerse un equipo especializado del más alto nivel, que reporte directamente a la Presidencia de la República, con autoridad plurisectorial y dotado de recursos presupuestales suficientes para poner en marcha, en el más breve plazo, una serie de acciones”.
Raúl Delgado precisó que, entre estas acciones, está enseñar a salvar la vida a la población de mayor vulnerabilidad por la precariedad de sus viviendas (laderas, rellenos en zonas de valles, autoconstrucción), que muy probablemente colapsarán. Recomendó visitar estas viviendas, tal como se hace en los censos poblacionales, para enseñarles a salvar la vida evacuando instantáneamente al sonar la alarma del sistema de alerta temprana del IGP o en los primeros segundos desde la percepción del movimiento sísmico.
Resaltó que esta labor deberá ser realizada de manera organizada por estudiantes de ingeniería civil del último ciclo previo a su graduación, como requisito de servicio civil obligatorio (UNI, PUCP, Ricardo Palma, UPC, Villarreal, entre otras).
“Debe revisarse y reforzarse la capacidad resistente de todas las estructuras de servicios básicos de la ciudad que tienen que seguir operando después del sismo: hospitales, servicio de agua y alcantarillado, sistema de metro y transporte masivo, energía, comunicaciones, escuelas y universidades, estaciones de bomberos, cuarteles de las Fuerzas Armadas y policiales, entre otros”, remarcó.
Acantilados de la Costa Verde
El destacado ingeniero especialista en temas de infraestructura resaltó que se deben ejecutar proyectos de reforzamiento en puntos emblemáticos y muy críticos para la ciudad que implican daños sustanciales y generalizados, como el caso de los acantilados de la Costa Verde, cuya integridad es fundamental para evitar innumerables pérdidas de vidas humanas, proteger la propiedad patrimonial y defender la ciudad frente al tsunami.
Detalló que la magnitud de este proyecto supera la posibilidad económica de los municipios y deberá ser asumida por el Gobierno Nacional. “El proyecto existe y su inversión ha sido estimada entre 400 y 500 millones de dólares para el íntegro de los acantilados”, señaló Delgado Sayán.
Solución integral
Para lograr proteger los acantilados de la Costa Verde se deben desarrollar una serie de acciones, entre ellas:
- Construir andenes al estilo inca en la parte superior del talud, recubiertos con biomantos que permitan la siembra de especies vegetales nativas.
- Construir un muro de concreto armado con una inclinación de 1.0H:2.0V y líneas de anclajes postensados permanentes.
- Cubrir el muro anclado con especies vegetales nativas que cuelguen desde la parte superior hasta el pie del talud.
- Implementar control y monitoreo geotécnico del proyecto (celdas e inclinómetros).
- Instalar puentes peatonales con escaleras y rampas de acceso para personas con discapacidad, que sirvan para evacuar hacia plataformas de seguridad ubicadas cada 400 m.
El especialista remarcó que la solución debe ser integral para salvar vidas humanas, requiriéndose infraestructura de evacuación (puentes y rampas), infraestructura de refugio (plataformas de seguridad) y garantizar la estabilidad física de los taludes frente al evento sísmico, minimizando así el riesgo de pérdidas humanas, daños a la infraestructura y afectación de vehículos. También se debe proteger la base del talud contra la erosión hidráulica del tsunami, que podría inestabilizarlo.
Comportamiento de la estructura
“Se puede afirmar que los acantilados de la Costa Verde que se aprecian actualmente sufrieron grandes derrumbes y no son topográficamente iguales a lo que se veía hace siglos. Cálculos numéricos de ingeniería muestran que lo ocurrido en el sismo y tsunami de 1746 se repetirá con el sismo 8.8 Mw anunciado por el Estado peruano”.
“Es muy importante y necesario que las edificaciones privadas y públicas se revisen y se analice el estado de su estructura y mantenimiento, para que su capacidad resistente sea capaz de absorber un sismo de gran magnitud y sus réplicas, a fin de evitar colapsos o daños extremos que las dejen inhabitables”.
Finalmente, Raúl Delgado Sayán recomendó seguir las indicaciones de evaluación, reparación y reforzamiento que detalla la Norma E-030 del Reglamento Nacional de Edificaciones, así como los estudios complementarios correspondientes, para incrementar la capacidad sismorresistente de las edificaciones. Esta labor debe estar a cargo de ingenieros civiles estructurales especializados.ios complementarios correspondientes, para incrementar la capacidad necesaria sismo-resistente de la edificación, labor a cargo de ingenieros civiles estructurales especializados en la materia.