Esta redistribución prioriza la vivienda en zonas con déficit habitacional. De los recursos movilizados, $41 664 millones corresponden al componente rural no asignado entre 2010 y 2023.
El gobierno colombiano avanza en la reducción del déficit habitacional al movilizar $50 034 millones provenientes de recursos remanentes de las Cajas de Compensación Familiar (CCF). Esta decisión representa un importante giro hacia la vivienda rural y urbana como parte de su política de infraestructura social.
A través de una resolución conjunta entre el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio y la Superintendencia del Subsidio Familiar, se estableció que las CCF que no asignaron oportunamente sus recursos contarán con 30 días para transferirlos a cajas receptoras, que deberán asignarlos durante el año 2026.
De los recursos movilizados, $41 664 millones corresponden al componente rural no asignado entre 2010 y 2023 por 37 de las 42 CCF, mientras que $8 370 millones fueron recursos urbanos no asignados entre 2020 y 2023 por 21 cajas. Esta redistribución prioriza la vivienda en zonas con mayor rezago habitacional.
La ministra de Vivienda, Helga Rivas, destacó que estas partidas ofrecerán vivienda para alrededor de 1 250 hogares en territorios rurales y urbanos vulnerables. Además de consolidar la infraestructura de vivienda requerida para integrar comunidades marginadas.
Acceso más justo
Por su parte, la superintendente del Subsidio Familiar, Sandra Cadena, subrayó que el esquema de redistribución busca garantizar un acceso más justo, equitativo y eficiente a subsidios para compra, reparación o mejoramiento de vivienda, en beneficio de la clase trabajadora.
Esta iniciativa forma parte del enfoque de infraestructura social del Gobierno del Cambio, que articula la vivienda como componente clave del desarrollo. La estrategia refuerza la colaboración entre el Estado, las CCF y los trabajadores, apuntando a cerrar brechas estructurales en vivienda de interés social.
El reto radica en que las cajas receptoras asignen los fondos de manera ágil y que los proyectos respondan a estándares técnicos, sostenibles a contextos rurales. Solo así la movilización de recursos se traducirá en viviendas dignas, conectividad territorial y mejor calidad de vida.