Esta cifra es respaldada principalmente por un sólido desempeño en mayo, cuando la actividad constructora creció 6%, y por una proyección de 8% para junio, según el más reciente Informe Económico de la Construcción (IEC) de CAPECO.
Uno de los motores de este impulso ha sido el consumo de cemento, que experimentó un notable incremento del 7.7% en mayo. Además, el avance de la obra pública, que se preveía en retroceso, registró un crecimiento del 1.8%, desmintiendo las estimaciones iniciales de contracción. A esto se suma el aumento de la ejecución presupuestal de proyectos públicos (más del 9% a junio), y el repunte de la inversión privada, que habría crecido en torno al 8%, de acuerdo con el IPE.
En paralelo, el mercado inmobiliario sigue dando señales de dinamismo. La colocación de créditos hipotecarios se expandió en 19.9% entre junio de 2024 y mayo de 2025, mientras que la inversión minera aumentó en 6.0% durante los cinco primeros meses del año. Por otro lado, el empleo formal en construcción en Lima Metropolitana subió 6.0% en el trimestre móvil abril–junio.
No obstante, también se identificaron retrocesos: las colocaciones del Fondo Mivivienda cayeron 4.9%, y el subempleo en construcción se redujo 17.5%, lo que podría reflejar una contracción en la edificación informal, particularmente en la capital.
Segundo semestre
El panorama para el segundo semestre se presenta más incierto. La confianza empresarial en la economía se ha debilitado, mientras que el inicio de la campaña electoral presidencial podría inducir una postura más conservadora por parte de inversionistas y consumidores. El impacto de este contexto dependerá del rumbo que tomen las candidaturas al Ejecutivo y al Congreso.
A nivel internacional, el entorno aún es favorable para el Perú: los altos precios de metales y productos agrícolas de exportación, combinados con la baja de los commodities importados, han fortalecido los términos de intercambio. La única amenaza es la nueva política arancelaria de Estados Unidos, cuyas consecuencias, especialmente en el caso del cobre, podrían erosionar parte del avance comercial logrado.
Proyecciones para el 2026
Pese a todo, el balance anual proyecta un crecimiento económico moderado hacia el 2026, apoyado en grandes proyectos de infraestructura como la Línea 2 del Metro de Lima, el Anillo Vial Periférico, la planta de fosfatos de Bayóvar, el ferrocarril Huancayo–Huancavelica, y reposiciones mineras de envergadura. La combinación de megaproyectos (US$ 45,000 millones en APPs y activos), inversión minera (US$ 64,000 millones) y una oferta inmobiliaria dinámica (US$ 42,000 millones en créditos hipotecarios entre 2014 y 2025), configuran un escenario propicio para construir un desarrollo sostenible.
No obstante, la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO) advierte que los actuales niveles de crecimiento aún son insuficientes para cerrar brechas estructurales como la pobreza, el empleo informal, la vivienda precaria o el acceso a servicios básicos. Para revertir esta situación, el gremio enfatiza la necesidad de fortalecer la institucionalidad democrática, generar confianza para la inversión y emprender una reforma profunda del Estado, tareas fundamentales en un contexto electoral que definirá el rumbo del país.