Viviendas se integran al hábitat de la zona gracias a su diseño de ventilación natural, sistema de recolección de aguas lluvias y el uso de materiales sostenibles.
Más de 270 personas pertenecientes a 30 familias de las comunidades Wayuu Kayuswaaralu y Naleep, asentadas en el sector Los Cocos (Alta Guajira), ahora cuentan con viviendas dignas diseñadas especialmente para su entorno.
Estas unidades habitacionales fueron construidas teniendo en cuenta las condiciones climáticas y respetando las costumbres de esta etnia.
Durante el recorrido de entrega de estas soluciones, la viceministra de Vivienda Aydeé Marsiglia Bello destacó el valor del proyecto Miiroku en el nuevo enfoque de la política habitacional integral denominada Nuestro Hábitat Biodiverso.
“Miiroku es la expresión concreta de una nueva manera de hacer hábitat desde lo público. Una forma de relacionarnos con los territorios que parte del diálogo, del reconocimiento de la diversidad cultural y ambiental, y del compromiso con soluciones que nacen de las comunidades mismas. Este proyecto representa el tipo de política que impulsa el Ministerio: una que entiende la vivienda no como un producto, sino como un medio para fortalecer el tejido social, cuidar el entorno y construir paz desde lo cotidiano”, aseguró.
El valor del proyecto es de $ 4.065 millones, financiado en concurrencia de recursos. El Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, a través del Fondo Nacional de Vivienda – Fonvivienda, aportó $2.485,5 millones, equivalentes del 70 % del valor total del proyecto; entre tanto, la Fundación Grupo Argos y sus aliados aportaron $1.219,5 millones, el 30 % del total.
Los recursos de la Nación corresponden al presupuesto del Subsidio Familiar de Vivienda Rural Nueva, por un valor equivalente a 70 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes (SMMLV) por concepto de obra, más 20 SMMLV por el transporte de materiales a zonas apartadas.
También puedes leer: Colombia: Antioquia construirá Arena Primavera con una inversión de US$ 50 millones
Los diseños de las viviendas fueron elaborados producto de un trabajo participativo de consulta con las comunidades. Su construcción contempló altos estándares de sostenibilidad, como paneles solares, sistemas de ventilación natural y de recolección de aguas lluvias, por lo que cuentan con la certificación LEED.