CIP cuenta con 340 mil profesionales multidisciplinarios a disposición de la ciudadanía del país

Gastón Barúa                     
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La ingeniería, doctrina del desarrollo, es el símbolo de la calidad profesional del ingeniero que aporta conocimientos, capacidad y experiencias y el Estado debe articular e integrarlos a nivel nacional.

Los recursos humanos de niveles técnicos, profesionales multidisciplinarios y científicos provienen de la universidad peruana y de instituciones colegiadas, como el Colegio de Ingenieros (CIP), institución que posee más de 340 mil profesionales integrados en 28 consejos departamentales y distribuidos en todo el país. En esa misma línea, Gastón Barúa, ingeniero sanitario y candidato a Decano Departamental del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP) en Lima, propone articular e integrar el talento humano con el Estado.

La trilogía del desarrollo es viable, cuando confluyen tres elementos valiosos y otros colaterales, de menor nivel. Dentro de esos elementos el recurso humano es tan importante como son los recursos naturales, renovables y no renovables que adquieren una dimensión impredecible, cuando se aplican tecnologías para su extracción y procesamiento y la investigación científica para su optimización y preservación.

A través de estos consejos departamentales de ingenieros, las autoridades de las regiones y de los gobiernos locales, debieran ser permeables y   convocarlos, ya que  podrían disponer de  un nivel intelectual en la elaboración de perfiles, proyectos conceptuales, investigación y planeamiento, incluyendo proyectos de inversión y en general de asesoramiento, consultoría, y supervisión de obras, en beneficio del  desarrollo de las regiones o macro regiones, favoreciendo el desarrollo sostenible. 

El CIP es una Institución que integra un universo de profesionales multidisciplinarios, herramienta estratégica del desarrollo nacional. La falta de visión, histórica, del gobierno nacional centralizado, hasta hoy, y la falta de capacidad de gestión de los administradores regionales y locales no ha permitido que los ingenieros participen en todos los espacios territoriales, en calidad de consultores o asesores, por lo menos.

“De convenir una alianza estratégica con el Estado, el CIP es la institución colegiada, con profesionales certificados, que está en condiciones de   elaborar el inventario   y reformulación de obras paralizadas o   abandonadas”, sostuvo Gastón Barúa, ex alcalde de San Isidro. 

La visión académica de Barúa es inter y multidisciplinaria. Refiere que el CIP; al elaborar los expedientes técnicos, por decisión política del Estado, el poder ejecutivo, con sus organismos sectoriales, realizaría la infraestructura hospitalaria, educativa, multimodales de obras paralizadas y en orden de preeminencia social y financiera, el reinicio de megaproyectos como el gasoducto y las 22 obras de irrigación, promulgando, políticas públicas, socio productivas, agrícola, ganadera, minera, pesquera, turística y cultural, entre otras.



En el   extenso territorio nacional, de más de 130 millones de hectáreas, en tierra firme, en el que  predomina la   amazonia, con un mar, en el Pacifico,   que dispone de tres mil kilómetros de longitud  y de 200 millas mar adentro, que se adicionan a la zona andina  representan  la opción de optimizar sus potencialidades.

“Es evidente, entonces, que la ingeniería, doctrina del desarrollo, y los ingenieros son herramientas que formarían un Perú, grande, generoso y de alto nivel productivo, viable, siempre que se tenga un liderazgo nacional, con visión prospectiva, unidos y en paz”, refirió Barúa.

Sobre Gastón Barúa:

Gastón Barúa Lecaros se graduó de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) como Ingeniero Sanitario. Su formación técnica le ha proporcionado una base en la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura, lo que ha sido fundamental en su carrera política y profesional. Barúa fue presidente del Instituto Nacional de la Construcción (INAC), donde promovió estándares de calidad en la construcción y fomentó la capacitación de profesionales en el sector.

Alcalde de San Isidro (1996 -1998 y 1999-2002):

 Durante su gestión como alcalde, Barúa implementó una serie de políticas que transformaron el distrito de San Isidro en un modelo de desarrollo urbano. Se enfocó en la modernización de la infraestructura, destacándose tres proyectos de estacionamiento subterráneo,  con más de mil cubículos, que a la fecha representa un activo de más de 60 millones de dólares.

La verdad es que la  municipalidad, bajo su administración, propició la mejora de los servicios públicos  (calzadas y aceras y el mantenimiento e iluminación   de los espacios verdes).

Barúa ha enfatizado la importancia de un desarrollo urbano sostenible, promoviendo la planificación integral de áreas como la Costa Verde, que por iniciativa del alcalde Andrade, sustentó ante el gobierno de turno, la creación de la Autoridad Autónoma de la Costa Verde.

Abogó por políticas que protejan el litoral y promuevan el uso sostenible de los recursos naturales. A lo largo de su carrera, Barúa ha recibido múltiples reconocimientos por su labor en la administración pública y su contribución al desarrollo de San Isidro. Por su compromiso con la comunidad y por su capacidad de liderazgo, es considerado por la comunidad, como un destacado funcionario.

Gastón Barúa Lecaros, como ingeniero sanitario, sería un excelente decano del Colegio de Ingenieros del Perú – Consejo Departamental de Lima debido a su formación académica en esta especialidad, su amplia experiencia política y administrativa como alcalde de San Isidro, y su compromiso con el desarrollo urbano sostenible.

Su capacidad de liderazgo y de convocatoria le permite fomentar el diálogo y la colaboración de los miembros de la Orden,  al servicio de los colegiados, de la Sociedad y el Estado.

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