El papel de la construcción en el desarrollo vial a nivel urbano y rural

Construccíon

Por Ángela Madariaga, Superintendente de la Unidad de Negocios de Infraestructura Vial de Pacasmayo.

El papel de la construcción en el desarrollo vial a nivel urbano y rural se asemeja al rol que cumplen las arterias y las venas del cuerpo humano, ya que a través de estas se hace posible la circulación, lo que permite un adecuado funcionamiento del cuerpo. Esta analogía tiene como fin explicar cómo a través de la mejora y la optimización de las vías nacionales, la vida de más personas puede desarrollarse con mayor facilidad y cómo los diversos sectores económicos pueden verse más fortalecidos.

La construcción de vías a nivel urbano y rural representa progreso y conectividad, ya que permite mejorar la movilidad de las personas, promover el traslado de productos y con ello, incrementar la eficiencia económica y logística. Fomenta incluso la inversión de las familias o de las empresas en propiedades y negocios. Asimismo, facilita el acceso a centros de servicios básicos, colegios y centros de salud.

El acceso a este último punto se ha convertido en una prioridad a resolver, especialmente en la zona rural. Según el estudio Infraestructura Urbana y Rural, Acceso a Servicios Sociales Básicos en Comunidades elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática – INEI, en el año 2019 el porcentaje de hogares rurales cuya población se trasladaba exclusivamente a pie al establecimiento de salud más cercano era de 72,3%, siendo el tiempo promedio de traslado a pie de 36 minutos, 3 minutos más respecto al año anterior (2018).

En este sentido, es importante detenernos a analizar el rol que juega la construcción específicamente en el ámbito rural. Por ejemplo, contar con una infraestructura adecuada brinda la posibilidad de impactar de manera directa en agricultores, artesanos, comerciantes y, como consecuencia, en la economía local, pues, por ejemplo, se hace posible el traslado de alimentos y de bienes, desde las zonas en las que estos se cultivan y se trabajan, hasta los mercados o hasta los centros de distribución de manera directa y más fluida.

Igualmente, el desarrollo vial en zonas rurales va a permitir el acceso a más áreas de recursos naturales a las que antes era imposible acceder, lo que genera un desarrollo más sostenible para la población. Sin duda, el turismo interno también se ve beneficiado, trayendo como consecuencia mayores ingresos para las familias que conforman las diversas comunidades. Asimismo, se promueve la integración entre las personas que habitan en lugares que antes parecían estar muy alejados.

Por otro lado, la inversión en la construcción de pistas nacionales genera puestos de trabajo en el corto plazo, tanto en la construcción misma como en sectores relacionados, como la ingeniería y el transporte. Es por ello que es importante impulsar proyectos de infraestructura que además de impulsar la economía en cada región nos permitan reducir brechas de construcción y pavimentación de vías. A fines del año pasado, por ejemplo, un informe de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional – AFIN señaló que en la región Piura del total de 8,865 km de vías, solo el 24% están pavimentadas.



Del mismo modo, la construcción de vías permite la interconexión de ciudades, el desarrollo de urbanizaciones emergentes y nuevos negocios, beneficiando así a todos los agentes involucrados en el sistema económico y social. Sin embargo, es importante señalar que para que estos objetivos se cumplan, es crucial llevar a cabo proyectos de manera sostenible, teniendo en cuenta aspectos ambientales y sociales, garantizando una adecuada planificación y supervisión, con una señalización adecuada y con materiales de buena calidad que permitan que estas vías realmente duren muchos años y se conviertan en verdaderas señales de progreso.